Lotus 56, una turbina con tracción a las cuatro ruedas
A finales de los 60 las 500 millas de Indianápolis ya no
formaban parte del calendario del Campeonato del Mundo de Formula 1, pero muchos
equipos aún seguían acudiendo por el prestigio de la prueba. El equipo Lotus
era uno de ellos, y en 1968 tiraron la casa por la ventana para ganar.
El Lotus 56 fue el resultado de la colaboración del equipo
con STP para usar un motor muy especial, de fabricación estadounidense. En
realidad era ni más ni menos que una turbina de avión, que terminó
convirtiéndose en el modelo más popular para pequeños aviones en todo el mundo.
En 1967 STP estuvo a punto de ganar con ella, pero de poco
le servía esa velocidad si el resto del coche no estaba a la altura. Además,
las nuevas regulaciones redujeron considerablemente la potencia del motor de
reacción.
Aquí es donde entraba el acuerdo con Lotus, que diseñó un
coche como ningún otro. Por aquel entonces los coches aún tenían forma de
“cigarro”, como un cilindro; Lotus se basó en la experiencia del equipo de F1
para crear un chasis con forma de cuña, que tenía una eficiencia aerodinámica
superior sin necesidad de usar alerones. Además, incluía tracción a las cuatro
ruedas que compensaba la pérdida de potencia con una superior salida de las
curvas.
Ganar las 500 millas lo era todo para el equipo Lotus, que
había perdido a su piloto estrella, Jim Clark, ese mismo año en una carrera de
Formula 2. Por eso se apuntaron a la prueba con cuatro coches, uno de ellos
pilotado por su otro piloto de F1, Graham Hill. Sin embargo, la tragedia volvió
a golpearles cuando uno de los pilotos, Mike Spence, murió en un accidente
mientras probaba el nuevo coche. Cuando llegaron sólo con tres coches, el
equipo estaba dispuesto a lo que sea con tal de ganar.
Lamentablemente, parecía que el proyecto estaba destinado al
fracaso. Graham Hill se estrelló, afortunadamente sin consecuencias, y otro
coche sufrió un problema mecánico; las esperanzas estaban en el tercer coche,
pilotado por Joe Leonard, que consiguió sobrevivir y tomar el liderato de la
carrera a falta de pocas vueltas.
Pero en la vuelta 191 de 200 la turbina sufrió un fallo
fatal, echando por tierra las esperanzas de victoria. El Lotus 56 volvió a
competir, esta vez en Formula 1, pero la necesidad de implementar un depósito
de combustible más grande (los repostajes estaban prohibidos en F1 por aquel
entonces) eliminó toda posibilidad de que fuese competitivo.
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