A Toyota le parecía que mezclar un pequeño urbano
con un mini-monovolumen podía ser buena idea. El resultado a nosotros no nos lo
parece, aunque práctico sería mucho, que no lo dudamos. Seguro que tiene sus
acérrimos seguidores.
Las más destacadas son: Las vías que se utilizan para el Rally se utilizan habitualmente para el tráfico rodado. No son áreas restringidas como podría ser un circuito. Los coches toman la salida de uno en uno y compiten contrarreloj. Los coches de Rally deben ser aptos para circular por vías públicas ya que en los tramos de enlace serán un vehículo más en el tráfico ordinario. Por ello deben estar matriculados, asegurados y contar con todos los elementos obligatorios de cualquier turismo (rueda de repuesto, intermitentes, faros…). Precisamente por eso, el piloto debe tener permiso de conducir y estar en regla. Dentro del coche van 2 personas: piloto y copiloto. Cuando en Rally se habla de “participante” se refiere al trinomio vehículo + piloto + copiloto.
Mercedes-Benz ‘Teardrop’ (1923) En ese tiempo, los ingenieros alemanes diseñaron coches de carrera únicos, como el Mercedes-Benz con su cuerpo aerodinámico ‘teardrop ’ (literalmente: forma de gota) introducido en 1923 en el Grand Prix Europeo en Monza. Los vehículos de esa época eran monoplazas con motores de 8 o 16 cilindros produciendo más de 600 CV, utilizando como combustible naftas basadas en alcohol.
ara muchos aficionados, el periodo entre 1982 y 1986 fueron los mejores de la historia de los rally. Fue sin duda el momento en el que más fabricantes se involucraron en desarrollar nuevas tecnologías para los coches de rally, que hasta entonces eran prácticamente coches de calle modificados. En cambio, los coches del Grupo B eran auténticos prototipos que no tenían nada que ver con nada que hubiésemos visto antes. Las marcas sólo tenían que fabricar 200 unidades de un coche base, que luego podían modificar como quisieran con el uso de nuevos materiales para conseguir un peso ridículamente bajo. El motor podía estar en cualquier parte del coche y en cualquier posición (muchos fabricantes lo pusieron donde habrían estado los asientos traseros) y no había restricciones en el turbo; con ese espacio y libertad de desarrollo, los motores multiplicaron por dos su potencia en apenas cuatro años. El Grupo B atrajo a muchos fabricantes, pero sobre todo ...
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