1. SÉBASTIEN LOEB
Sus nueve títulos, además logrados de manera
consecutiva, lo dicen todo. Destrozó literalmente las estadísticas de los mitos
de la especialidad hasta desbancarlos a todos de manera arrolladora
manteniéndose mucho más que ninguno de ellos en la élite. Como ilustración de
su poderío baste decir que al final de la carrera dejó el listón en 78 victorias
en pruebas de Campeonato del Mundo, nada menos que cuarenta más que su más
inmediato perseguidor en ese ránking. Procedente de la gimnasia, tuvo un debut
inusualmente tardío en rallyes (21 años), para alguien que luego alcanzaría
tanto éxito. Pero su paso por el WRC supuso un antes y un después en la
historia de la especialidad. Tras ganar su primer evento mundialista en
2002 (Alemania), se quedó a un suspiro del título al año siguiente, lográndolo
uno más tarde. A partir de ahí, nadie volvió a ganar una corona mientras Loeb
disputó una temporada completa en el WRC, alcanzando gestas como la de 2008,
temporada en la que se impuso en 11 de los 15 rallyes del calendario de ese año.
Nació como piloto en el asfalto, pero la capacidad de sacrificio y la disciplina
de la gimnasia le valieron para aprender y mejorar en todos los terrenos, hasta
hacerse literalmente imbatible en la mayoría y aspirante a la victoria en
todos.
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